No todas las personas creen que el día de los muertos ellos llegarán para llevarse las ofrendas, o bien para asistir a las misas de las iglesias, pero esta chica no solamente que no creía en todo esto, sino que quería comprobar con sus propios ojos que era real,
Justo cuando se estaba quedando dormida, comenzó a pasar por la ventana donde estaba apoyada un grupo de ánimas que estaban yendo a la misa que les da la bienvenida a los espíritus para que los siguientes días estén caminando por la tierra con permiso de las personas vivas. Pasando junto a ella, una de las ánimas le dejó una vela en sus manos y le dijo que vaya también a la misa por curiosa, pero luego se quedó dormida sin poder evitarlo guardándola en el bolsillo.
Al despertar, la joven se pensó que todo lo que había pasado era un completo sueño, pero no duró mucho esta creencia porque verificó su bolsillo para ver si estaba la vela y no se encontraba allí, pero lo que sí encontró fue un hueso, lo cual le dio mucho miedo. Fue corriendo con el sacerdote para contarle lo ocurrido y confesarse, él le respondió que el octavo día que era cuando vuelven a dormir los espíritus, ella debía devolverle el hueso, pero a través de la mano de un niño para que no durmiera por toda la eternidad, así lo hizo y desde ese día cree en el día de muertos.