Fueron tres jóvenes hermosas las que nacieron de tres padres diferentes y ellos las cuidaron con sus fuerzas hasta las últimas consecuencias, al tener tanta belleza dentro de sus cuerpos, pidieron a sus padres que nunca les permitan comprometerse,
luego al crecer conocieron a unos jóvenes y salían para verlos a menudo entre lo calmo del río, notaron los padres la ausencia de sus hijas y decidieron pedirle a Dios que si estuvieran con algún nombre se conviertan en piedra antes de que se comprometan, así ocurrió que al estar en el río con ellos, las tres se convirtieron en piedras.