Leyenda del curro del Puente Negro

En épocas previas a la revolución vivía en Durango una familia muy acomodada de apellido Hernández, los cuales tenían una hija muy hermosa y distinguida llamada Concepción a la que todos por cariño llamaban Conchita.

La casa estaba llena de sirvientes que atendían tanto a la familia como a los niños, entres los trabajadores estaba la ama de llaves, la cual tenía un pequeño hijo de la misma edad de Conchita, el cual se llamaba Agustín.

Estos niños se criaron prácticamente juntos, jugando de aquí para allá, algo que le causaba algo de preocupación a la ama de llaves, que siempre le hacía saber a Agustín que debía tratar a la niña Conchita con mucho respeto, pues era la hija de los patrones, además ella era rica y él era pobre.

Leyenda del curro del Puente Negro

El niño hacía caso a su madre, sin embargo, no podía dejar de sentirse atraído por la niña Conchita.

Con el pasar de los años, ya Agustín y Conchita dejaron de ser niños para convertirse en adolescentes. Conchita, se volvió una hermosa y llamativa muchacha y Agustín un joven varonil y fuerte, que para ese entonces ya era otro sirviente más de la familia Hernández.

La atracción entres los jóvenes seguía creciendo, pero Agustín no olvidaba los mandatos de su madre y prefería ignorar el hecho.

Pero un día el joven se encuentra haciendo unas labores cuando se le acerca Conchita con una flor, la cual le entrega para confesarle que ella siempre ha estado enamorada de él y para preguntarle si acaso él no sentía lo mismo.

Agustín quedó gratamente sorprendido y pese a recordar en ese instante todo lo que le había dicho su madre, el decidió seguir a su corazón y declararle a Conchita todo el amor que por ella el también sentía.

Desde entonces los jóvenes se volvieron inseparables y el sentimiento se hacía cada vez más grande, sin embargo era un amor completamente secreto, pues nadie sabía la relación amorosa que sostenían estos jóvenes.

Un día Agustín se cansa de la situación y le dice a su amada que él desea que su amor fuera conocido por todo el mundo, pero consciente de que la diferencia social haría que el Señor Hernández no aceptara el amor, él se iría por un tiempo para hacerse rico y luego vendría a pedir a la muchacha en matrimonio.

Esa decisión fue dura para ambos, pero la aceptaron porque sabían que era la única manera de continuar con su amor. Agustí hizo jurar a Conchita que lo esperaría para casarse, lo que ella sin dudarlo aceptó.

Para hacerse rico el joven aprendió el oficio de asaltar diligencias y conductas, pues era la única manera de obtener lingotes de oro y plata de forma rápida y fácil.

Conchita, todos los días enamorada esperaba el regreso de su amado, pero un día pasó algo inesperado, su padre llegó a la casa con un señor acomodado de apellido Curbelo, con el cual había pactado el matrimonio de su hija.

Con mucho dolor y tristeza a Conchita no le quedó otra opción que casarse, además pensó que a Agustín le había pasado algo y que no volvería.

Después de conseguir la cantidad de dinero esperada Agustín regresa a Durango, al llegar compra una hermosa y gran casa y la equipa con los mejores muebles, también se compra ropas elegantes para lucir bien para su amada.

Pero cuando va a buscar a Conchita se entera de que esta se ha casado con otro hombre y lleno de dolor se devuelve a la casa que había comprado para ambos en la cual decide encerrarse y solo salir por las noches a dar un paseo por el Puente Negro, para hacerlo se ponía su mejor traje, entonces las personas que siempre lo veían decidieron llamarlo el Curro del Puente Negro.

Una mañana, todo Durango se sorprendió, pues debajo del puente negro se encontraron con una escena escalofriante, eran los cadáveres de Agustín, Conchita y Curbelo, los tres habían muerto a balazos.

Aunque no existe una versión clara, la gente dice que Agustín nunca perdonó a Conchita por la traición por lo que la mató a ella y a su esposo para después suicidarse.

Desde entonces son muchos los duranguenses que ven el espíritu del Curro del Puente Negro dar sus tristes y solitarios paseos nocturnos.

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