Esto pasó hace mucho tiempo cuando el mundo eran tan nuevo que las personas aún todavía no lo habitaban, en cambio los ríos, las montañas, las flores, no había ni peces ni iguanas ni sapos.
Había muchos pájaros pero no como los conocemos, aunque ya tenían alas para volar eran de un único color, marrones como la tierra.
“Nuestras plumas no son coloridas”
Muy seguido los pajaritos se quejaban porque no tenían las alas de colores así como las flores hasta que un día decidieron ir hacia el cielo y pedirle al señor sol que le pintara sus plumitas de colores así como las flores.
No todos los pajaritos formaron parte del viaje, los horneros se quedaron en la tierra para trabajar y las calandrias para cantar.
Los días pasaron y pasaron y no volvían, llego la noche y tampoco llegaron
¿Qué había sucedido?
Cuando los pajaritos ya se estaban acercando el sol exclamo y dijo:
“no deben de acercarse mucho a mi porque se van a quemar entonces les dijo a las nubes que lo cubrieran y que hicieran llover porque si no los pajaritos se quemarían cuando se acercaran”